El e-commerce es la nueva tendencia en comercio definitivamente. Es cómodo, práctico y muy accesible. En cuestión de segundos, un vendedor en China puede cerrar una transacción con un vendedor en México. Pero, ¿qué pasa después de esta transacción? ¿Cómo intervienen los prestadores de servicios, proveedores y, sobre todo, las aduanas?
Javier Cendejas, director ejecutivo de la revista Latitudex, se sentó en conversación con Carlos Arévalo, Director de DICEX Consultores, para responder algunas preguntas sobre la relación entre el e-commerce y la aduana mexicana.
En 2015, Amazon llegó a México, ofreciendo la mayor cantidad de categorías de productos y funciones en un mercado fuera de Estados Unidos. Esto causó una revolución en la compra-venta de productos en línea en nuestro país. Durante estos 8 años, ¿qué cambios ha tenido el enfoque aduanero frente a las mercancías del e-commerce?“La reacción de aduanas [...] ha sido hacer adecuaciones”, comenta Carlos. Actualmente, el sistema de aduanas se aprovecha del pedimento clave T-1, un régimen que se creó hace 20 años por las grandes empresas mensajeras: FedEx, UPS y DHL. “Creo que se tiene que hacer algo similar, pero ahora para el comercio electrónico. Un capítulo exclusivo [...] enfocado a las necesidades particulares.”Carlos hizo énfasis en el hecho de que el régimen actual no favorece o, más bien, es limitante para las pequeñas y medianas empresas, que son quienes más se benefician del crecimiento del comercio electrónico. Las normas que existen actualmente, están pensadas para grandes corporaciones, que cuentan con la infraestructura y los recursos económicos para solventar los gastos de importación.
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